lunes, 25 de junio de 2007

¿Qué significa bolsa?


El título del blog es: Vida y milagros de un BOLSA exiliado. Todas las palabras se explican por sí mismas, excepto la palabra BOLSA.


Según el DRAE, la palabra bolsa significa: Bolsa (del lat. bursa) Especie de talega o saco de tela u otro material, que sirve para llevar o guardar algo.


Sin embargo, en Venezuela, esta palabra tiene otro significado; según el mismo DRAE, significa: Persona imbécil, lerda.


Desde luego, cualquiera podría decirse "este tipo tiene un ego bien maltratado, al autocalificarse como imbécil y lerdo". Sin embargo, las cosas no son tan sencillas; en un país como Venezuela, donde se rinde culto a la viveza, la astucia y el pajarobravismo (sirvan de ejemplo los cuentos de Pedro Rimales y Juan Bobo), cualquier persona que no actúe siguiendo estos parámetros corre el riesgo de ser tildada de gafa, tonta, pendeja o BOLSA.


Ya estamos entrando en materia, porque aquí se presenta la razón por la que soy BOLSA. No soy vivo, ni astuto, ni pájaro bravo, así que solamente puedo ser BOLSA. Tal cosa también revela quizá el mayor problema que tiene ese país y por qué está como está:

- Si pagas impuestos eres un bolsa.

- Si cumples con la Ley eres un bolsa.

- Si no eres mujeriego eres un bolsa.

- Si trabajas en el gobierno y no te aprovechas eres un bolsa.

- Si crees en ciertos valores morales eres un bolsa.

Y así ad infinitum.


En cambio, si te coleas en una cola cualquiera, te aprovechas de tus contactos para obtener ventaja, embaucas mujeres a diestra y siniestra, te aprovechas de dinero mal habido; pues entonces eres un vivo y eres reconocido como alguien exitoso y brillante, a diferencia del tonto.


Tal explicación viene al observar cómo muchos compatriotas míos, tanto dentro del país como fuera de él, se dedican a denostar del régimen unipersonal que actualmente lo sojuzga, mientras a su vez se dedican a medrar de los dineros públicos o de quienes los manejan. También observo a los indiferentes, quienes a cuenta de beneficios económicos se hacen de la vista gorda, sin importarles nada, y por último, están los colaboracionistas, a quienes no les importa venderse por un plato de lentejas.


Sin embargo, todos ellos son vivos, y saben vivir, mientras tú, como buen BOLSA, decidiste darle más importancia a estupideces absolutamente gaseosas tales como libertad y dignidad en vez de pensar en ascender de cargos dentro de la Administración Pública (donde me hallaba trabajando para el momento de abandonar el país) con un poco de adulancia.


A pesar de todo, pienso que a lo mejor ahora estaría disfrutando de una muy buena posición en Venezuela (en medio de las nulidades que florecen en el desgobierno chavista, mis talentos hubiesen destacado rápidamente), pero no estaría bien conmigo mismo, ya que me habría estado forzando a hacer algo que no quiero y a creer en algo en lo que no creo.


Actualmente, vivo modestamente, exiliado en USA (el mismísimo imperio), sin ningún tipo de presencia pública (que de todos modos jamás he tenido) con mi familia, buscando la forma de salir adelante en estas tierras extrañas, a sabiendas que lo que dejamos atrás se ha derrumbado por completo, y las posibilidades de reconstrucción no parecen existir, al menos en el corto plazo. Lo mejor del cuento está en que aquí, por lo menos, ya no soy un bolsa, y esto es por la razón de que la viveza no paga, porque si decides ser vivo, pues la Ley más temprano que tarde te pasa factura.

No hay comentarios.: