jueves, 21 de junio de 2007



Pues bien, por fin inauguraron el viaducto sustituto del que se derrumbó el año pasado e incomunicó a Caracas con La Guaira. De manera extraña y misteriosa la fiesta de ocho horas se recortó tremendamente a menos de una. De hecho el tipo ni siquiera habló, duró menos de media hora en el lugar y se desapareció en medio de increíbles medidas de seguridad. Parece ser que fue debido a la gran cantidad de personas de los barrios vecinos que fueron a reclamarle y no estaban vestidas de rojo (es decir, se colearon en la fiesta). Lo cierto es que ahora regresará cierto nivel de normalidad al trayecto, si bien hay que esperar a ver qué tal siguen las cosas.


El caso Venezuela tiende a agravarse por momentos en manos de un déspota que trata al país como si fuese de su exclusiva propiedad, habiendo coartado montones de derechos a su ciudadanía a cambio de nada, excepto más intolerancia y despotismo.


A eso hay que sumarle la ausencia de una oposición política organizada, si bien con una oposición ciudadana creciente, especialmente de parte de la juventud y los estudiantes, los cuales se empiezan a organizar. Desafortunadamente, hacen falta operadores políticos, los cuales no existen o se encuenran sumidos en el más profundo desprestigio.


Lamentablemente, a mi modo de ver, éste régimen se halla en una situación muy débil, pero desventuradamente su final se me antoja que será bastante violento. Los niveles de confrontación de parte de los seguidores fanatizados del autócrata aumentan constantemente, y de ninguna manera él abandonará el poder, excepto a través de la fuerza de las armas.


La idea de hoy no era escribir acerca de esto, pero la situación lo ha ameritado, ya que la situación tiende a agravarse en vez de mejorar, y esto está siendo estimulado directamente desde el epicentro del poder. Para muestra un botón: La respuesta de altos "jerarcas" de los tres poderes del régimen al discurso del Juez D. Baltazar Garzón, invitado ilustre de España, reconocido a nivel mundial como uno de los más importantes juristas en lo que se refiere al cumplimiento de la legislación mundial sobre Derechos Humanos. Lo peculiar de las respuestas no fue el hecho del rechazo en sí, sino la increíble agresividad y vulgaridad que manifestaban, con epítetos destemplados y absolutamente fuera de tono hacia una persona de ese calibre.


De paso, el discurso ni siquiera contenía críticas directas al régimen, sino que consistía en lo que el Juez Garzón ha repetido a lo largo de todos estos años a lo largo y ancho del mundo, excepto una breve referencia al caso RCTV. Eso da muestra de la tremenda hipersensibilidad de este régimen y su completa falta de creencia en los valores democráticos, ya que una de sus bases consiste en la tolerancia a las críticas.


Espero poder retomar otros temas en mi próxima entrada. En todo caso, aquí dejo las fotos del famoso viaducto y el caos de la inauguración.

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