Mi amada Gitty:
Hace muchos años que no te escribo cartas, eso se debe a que nos acostumbramos a la tecnología usando mensajes de texto y luego añadimos la aplicación WhatsApp. Sin embargo, al cumplirse un año de tu partida, he decidido escribirte de la manera que lo hacía cuando éramos novios.
No hay prisa para que la leas; si estás en este universo, tienes al menos un googol de años antes de que se extinga el último agujero negro, así que no hay problema, puedes tomarte tu tiempo.
Es casi seguro que algo debes saber acerca de cómo Graciela y yo hemos lidiado con tu ausencia; nuestra hija poco a poco se ha ido adaptando a la nueva realidad y la cachorrita que adoptó el año pasado le ha servido de gran ayuda, al igual que el apoyo de Jeff, un muchacho tan bueno que es merecedor de todos los elogios que se le puedan dar. Acerca de Vida, la cachorrita, es lo mas parecido al Demonio de Tasmania que te puedas imaginar; es muy dulce, como un bebé gigante, pero un verdadero terremoto.
Aparentemente Graciela por fin te va a hacer caso y por fin el año que viene va a empezar a estudiar el postgrado, que bastantes largas le ha dado; y si bien no vas a estar presente para cuando se gradúe, sé que de una forma u otra podrás verla con su toga y birrete.
Antes que se me pase, este año la prima Kelim nos invitó a su casa y conocimos a su familia. Ella es un vacilón, de lo mas simpática, al igual que su esposo, que navega y pesca; así que siempre tienen productos del mar muy frescos para comer. Tienen una niña de lo mas bella y dulce, me recuerda un poco a Graciela cuando tenía su edad, porque también es traviesa, lo que quiere decir que es muy inteligente.
Todos lamentaron tu ausencia, pero Graciela y yo somos tus representantes y debemos cumplir con nuestro papel de la mejor manera posible para que tu nombre siempre esté en alto.
Acerca de mí, cada día que pasa me haces mas falta, la soledad es terrible. El no tenerte a mi lado, el despertarme todos los días y no verte en la cama; el esperar tus llamadas telefónicas cuando estoy en el trabajo, a las cinco de la tarde y a las nueve de la noche, para luego recordar que no vas a llamar; ver y oír cosas y no poder contártelas; necesitar consejos y no poder pedírtelos; no sentir el calor de tu cuerpo, su perfume ni la suavidad de tu piel es mucho mas de lo que puedo soportar.
Siempre estoy pensando en ti; en tus ocurrencias, tus regaños, tu risa, tus rabietas cuando te ponías a zapatear de la furia, el como abrías la puerta del baño cuando yo estaba ocupado en mis negocios, el como me estabas viendo cuando me despertaba en las mañanas de los fines de semana. Recuerdo tantas cosas que nos pasaron durante todos los años que estuvimos juntos; nuestro matrimonio secreto, el eclesiástico, cuando cometí la cagada de irnos a vivir a casa de mi mamá, la separación, la reconciliación, el nacimiento de Graciela, la adopción de Lucy. Tantos momentos que se reproducen en mi memoria todos los días.
Muy posiblemente debes haberte enterado que escribí toda nuestra historia de amor desde el momento en que nos conocimos hasta cuando tuviste que dejarnos. Sé muy bien que a ti te gustaba saber a cuanta gente le gustaban las fotos que posteaba Graciela en sus redes sociales al igual que las que yo publicaba en Twitter (que ahora lo llaman X) y te contentabas cuando te dábamos los números; ahora te puedo decir que en menos de un año los alrededor de 300 capítulos han recibido mas de 8.000 lecturas, lo que no está nada mal considerando que el blog apenas tenía poco menos de 13.000 en 15 años, es decir, menos de 1.000 anuales.
Recuerdo que decías que cuando te murieras iba a montar una fiesta porque por fin me libraba de ti. Ya sabes que eso no era cierto, mi alegría murió contigo; claro que me río de chistes y puedo sentirme alegre a veces, pero mis ojos no se ríen, esa risa se apagó hace un año y no creo que se vuelva a encender.
Te estarás preguntando, ¿y por qué no te empatas con alguna chica para que al menos no estés solo? Dejaste el listón muy alto y es sumamente difícil que alguien similar a ti se fije en alguien como yo; tú me conoces a la perfección y sabes que no soy de esos tipos que resultan atractivos a las mujeres. Únicamente algunas muy especiales, como tú, pueden hallar algo interesante en mí; y tampoco me voy a buscar una por buscarla, además que tampoco estoy interesado en tal cosa. Si mi destino es vivir solo, pues ni modo; de ninguna manera pretendo insultarte a ti ni a tu memoria enredándome con la primera marruñeca que se presente, sería algo absolutamente denigrante. Espero que esto responda tu pregunta, es altamente improbable que me arrejunte con nadie al menos en el futuro previsible.
Espero que en el lugar donde estés hayas encontrado a las almas de todos los seres queridos que se marcharon antes que tú, como tu papá y tus abuelos, y que estés disfrutando la eternidad junto con todos ellos. Espero también que me extrañes así sea un poquito y que cuando llegue mi turno estés esperándome con los brazos abiertos y que no nos volvamos a separar. A lo mejor somos avatares de una sociedad infinitamente mas avanzada y en este momento te estás burlando de mí porque en ese universo que inventamos me puse mal cuando tu avatar se murió y me estarás comentando:
- Hasta cartas de amor le escribes a mi avatar difunto, y resulta que aquí somos inmortales. Lo bueno es que me doy cuenta de que al menos me quieres bastante.
Por momentos pienso que somos nuestros propios dioses y que en realidad nos vemos a nosotros mismos interpretando papeles en este universo mientras los miramos desde ese otro donde somos inmortales. Si eso es así sería lo mejor que podría pasar, y si no lo es, pues espero que el mas allá sea algo similar a eso que imagino y nos podamos reencontrar al momento de mi muerte.
Eres inolvidable y siempre te seguiré amando, como mi primer, único y eterno amor. Mi Reina bella.
Tuyo, por encima del tiempo y el espacio.
Tu esposo, Ramón.
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