Paradójicamente esta es la etapa mas complicada de la obra. Muchas personas a quienes agradecer y una memoria frágil que no ayuda para recordarlas a todas; sin embargo este paso debe ser dado y me toca proceder a dar gracias a tantas buenas personas.
Primero está alguien que fue quien me dio el impulso para iniciar este proyecto, una amiga y mentora política de mi hija, quien cuando escuchó de mis labios cómo nos enamoramos Gitty y yo me dijo que debía plasmar eso por escrito antes que el tiempo dañara mis memorias. Le hice caso y esa misma noche empecé con el primer capítulo. Muchas gracias, señora Palmira, por esa idea.
Luego me corresponde agradecer a la responsable de que Gitty hubiese podido vivir casi ocho años después del diagnóstico, cuando llegar a los cinco años de sobrevida se veía casi imposible. Gracias a la doctora Elizabeth Swisher y su equipo mi esposa pudo disfrutar de muchos momentos felices y experiencias invalorables a lo largo de todo ese tiempo adicional.
En la mañana mas oscura de mi vida, alguien me acompañó para mantenerme levantado mientras Graciela y Jeff estaban en la funeraria haciendo todas las diligencias para las exequias de Gitty. Muchas gracias al señor Barry Goren por haberme asistido en tal momento.
Aquí me toca recordar a alguien que aspiro se convierta en miembro de la familia con pleno derecho, aunque tal cosa no depende de mí. Si no hubiese estado Jeff con nosotros ese jueves 15 de septiembre en la tarde todo habría sido mucho mas difícil tomando en cuenta la situación en la que nos encontrábamos Graciela y yo, gracias a él se pudo agilizar el proceso fúnebre de Gitty, y eso es para estar agradecido por siempre.
Igualmente, agradezco al jefe de Gitty, quien al saber de su situación se puso a la orden y al ser hombre de fe la incluyó en sus plegarias diarias. Muchas gracias al Rabino Levi Levitin.
A los amigos que estuvieron presentes durante esas horas tan difíciles. Muchas gracias al señor Dan, su esposa, la señora Clarice y el señor Tom, muchas gracias.
A los compañeros de trabajo de Graciela, que se hicieron presentes en el funeral y la misa, muchas gracias. Desde luego, también a su jefe, el Concejal Girmay Zahilay.
A los familiares que nos adoptaron a través de Graciela cuando llegó a estudiar a Interlake High School, Tjitske y Teja, junto con sus padres y hermanos. Gracias por todo.
A las grandes amigas de Gitty, la señora Kimm, Yelitza y la señora Isabel, muchas gracias.
A nuestros amigos de Miami, Clara, Tony, su hija Eliane. Muchas gracias.
A todos los amigos de Graciela que se hicieron presentes y que la apoyaron y siguen apoyando, son tantos que no puedo nombrarlos a todos, muchas gracias.
A los familiares cercanos que nos acompañaron de una forma u otra, aun desde la distancia, muchas gracias.
No olvido a otras personas que nos apoyaron en esos días tan duros y cuyos nombres no recuerdo, muchas gracias a ellos también. Si bien sus nombres no me vienen a la cabeza, sí recuerdo sus rostros y les doy las gracias.
Por último, a la gente de mi trabajo, que me ha apoyado todo el tiempo en el que he estado cruzando este desierto.
Y si alguien falta, no es por mala intención, es porque la memoria me juega malas pasadas, pero puede dar por seguro que también le estaré agradecido por todo lo que hizo por nosotros durante esos días aciagos, así haya sido simplemente por haber hecho acto de presencia, habernos escrito algo o recordar a Gitty en sus oraciones o plegarias.
Muchas gracias a todos.
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