martes, 20 de octubre de 2015

Jugamos como nunca y perdimos como siempre o el drama de la vinotinto



 En las fases finales de los mundiales de futbol he visto muchas selecciones que vistas desapasionadamente no son mucho mejores jugando que la selección de Venezuela, conocida popularmente como la vinotinto. Pero, a diferencia de esos países, la vinotinto jamás ha tenido la fortuna de ir a un Mundial.

Tal desventura se debe a que la ubicación geográfica de Venezuela es América del Sur, y esto implica que está afiliada a la CONMEBOL o la asociación de federaciones nacionales de fútbol de América del Sur; asociación que a su vez forma parte de las confederaciones afiliadas a la FIFA, órgano rector del fútbol mundial.

Así las cosas, Venezuela, para poder concurrir a una fase final, debe pasar por un proceso eliminatorio que contempla enfrentar a las selecciones de los países restantes de sudamérica para poder optar a uno de los puestos disponibles que le permitan acceder a la fase final.

Debido a que los Mundiales de fútbol se iniciaron en realidad como torneos de selecciones sudamericanas y europeas, CONMEBOL y la UEFA tienen algo así como la parte del león en lo que se refiere al número de selecciones pertenecientes a esas confederaciones que pueden clasificar a la fase final del torneo. En el caso sudamericano, de 10 selecciones, cuatro tienen pase directo asegurado y la quinta tiene la posibilidad de jugar un partido de repechaje con una selección de la confederación de Oceanía por otro puesto; como ningún equipo sudamericano ha perdido tal repechaje, se puede decir que hay cinco puestos disponibles para las 10 federaciones, o 50% de probabilidades de lograr pasar a la fase final.

Cuando un país sudamericano es el anfitrión del mundial, como ocurrió en 2014 cuando Brasil estuvo a cargo, pues clasifican cinco países de nueve competidores, con lo que la probabilidad se eleva a 55,55%. Tal situación ha permitido que todas las selecciones afiliadas a la CONMEBOL hayan tenido oportunidad de asistir a un Mundial, o mejor dicho, todas menos una. Y esa única selección ha sido Venezuela.

Cuando analizamos la situación clasificatoria podemos considerar que de los cinco puestos tres están ya ocupados por los tres grandes del subcontinente: Argentina, Brasil y Uruguay, lo que efectivamente deja dos puestos para los siete países restantes, o como en 2014, tres para siete.

Ahora bien, ¿Cómo se da el caso que Paraguay, Chile, Ecuador, Bolivia, Colombia y Perú han ido al Mundial y Venezuela no? Hay múltiples razones donde destacan una liga profesional débil, pocos jugadores venezolanos en ligas europeas, baja calidad de personal técnico, etc.

Hasta las eliminatorias de Francia 1998 la selección venezolana era el trampolín de donde saltaban los demás equipos para obtener la mejor puntuación posible junto con la posibilidad de subir su promedio de goles para aspirar a mejores posiciones en la tabla final clasificatoria, hacer click aquí.

En 1999 toma el control técnico de la selección un DT argentino, Omar "el pato" Pastoriza, quien se dio cuenta del mayor problema que tenía la selección. Éste era el acondicionamiento físico de los jugadores. Jugaban el primer tiempo de forma correcta, pero estaban demasiado cansados para rendir en el segundo tiempo; Con un intenso programa de preparación física, los jugadores podrían tener mejores resultados.

A partir de ese momento clave las cosas empezaron a mejorar, y Venezuela dejó de ser la cenicienta de sudamérica para convertirse en un equipo de cuidado, si no contendor directo, alguien que podía enredarle las cosas a los demás participantes.

Luego de Pastoriza se hizo cargo de la selección Richard Páez, un excelente DT venezolano que logró crearle una personalidad propia a la selección, junto con él, gracias a los progresos efectuados desde mediados de la década de los 90, llegó un conjunto de brillantes jugadores donde destacó Juan Arango. Con todas estas piezas parecía que la posibilidad de llegar a la fase final de la Copa del Mundo estaba al alcance de la mano, pero no fue así. Pasaron las eliminatorias de 2002, 2006 y 2010 y no pasó nada.

Para 2011 el DT era César Farías, muy bueno en lo suyo y excelente estratega, y con un grupo de jugadores que podía considerarse como la mejor selección venezolana de la historia. Tanto así que por primera vez logró llegar a las semifinales de la Copa América de ese año y quedar en la cuarta posición, hacer click aquí. Ante tal actuación, parecía que por fin se lograría avanzar a una fase final, tomando en cuenta que como el Mundial se celebraba en Brasil, pues había un puesto más disponible para lograr tal meta, .

Pues no fue así y Venezuela volvió a quedar eliminada, esta vez apenas a un puesto de distancia de la gloria. Cambio de DT  mediante, ahora con Nelson "chita" Sanvicente, la vinotinto se encuentra en un proceso de reflujo. No se repitió la actuación de 2011 en la Copa América de 2015 hacer click aquí y en el arranque de las eliminatorias de 2018 ya el equipo lleva dos derrotas.

¿Por qué ocurre eso si hay tan buenos jugadores y el DT es un hombre experimentado y bien preparado? La respuesta no es fácil de encontrar pero parece estar en la cabeza de los jugadores y el DT. La posibilidad de llegar depende del tamaño de tus aspiraciones. Si aspiras tener una casita lo mas probable es que termines viviendo en una choza. Si quieres tener una mansión o un palacio, a lo mejor terminas viviendo en una buena casa.

Si no aspiras a lo grande no llegarás a tener ni siquiera lo más pequeño. Y parece que ese es el caso de la vinotinto. Se conforman con poco y siempre se oye lo mismo: "Hicimos un gran papel", "demostramos que somos un rival difícil", " jugamos bien y perdimos por un error", "nos ganaron pero dejamos una buena impresión", etc. Eso no lo escucho en ninguna de las otras selecciones, que cambian jugadores y DT si no muestran resultados tangibles.

En pocas palabras, la vinotinto no clasificará a Rusia 2018, pero si aspira lograr la clasificación al disparate de Qatar 2022, la FVF, que ahora está bajo nuevo liderazgo (y los intríngulis de todo lo que ha pasado al respecto bastan para escribir un post mucho más largo que este) debe iniciar un plan que involucre al fútbol venezolano como un todo para lograr tal meta. Y eso implica una reingeniería total del sistema, desde las categorías menores hasta la absoluta, a nivel de jugadores y cuerpo técnico, e incluye introducir una mentalidad ganadora, donde nada sustituya al triunfo, y donde las ganas de victoria lo sean todo. Si no, Venezuela seguirá siendo el único país de América del Sur que jamás ha ido a un Mundial.


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