lunes, 23 de diciembre de 2013

MANDELA




MANDELA
Hay hombres grandes y hay grandes hombres. Hay hombres cuya grandeza trasciende el tiempo, el lugar y las diferencias culturales. Hay hombres, que siendo humanos como todos, con defectos y errores, son capaces de trascender y empinarse por encima de sí mismos.
Hay hombres como Nelson Mandela.
Su grandeza no consistió en llegar a ser el primer presidente democráticamente electo de Sudáfrica, sino en ser capaz de llegar a ese punto sin odios, resentimientos ni cuentas que cobrar luego de 27 años de duro presidio.
Pudo haber escogido la vía fácil del ajuste de cuentas y haber convertido a Sudáfrica en un verdadero infierno, desestabilizando a un continente entero, y razones no le faltaban, después de todo lo que su pueblo sufrió durante el ignominioso período del "apartheid" y lo que el mismo sufrió durante el tiempo de su presidio.
Muchos escogieron ese camino más expedito, por razones tan o menos válidas como las que le hubiesen asistido a Mandela. Así lo hicieron Mugabe en Zimbabue, Castro en Cuba y Chávez en Venezuela. Así actuaron Nasser en Egipto y Sukarno en Indonesia; todos causando mucho mas daño que beneficio.
No me refiero aquí a otros personajes que bajo la excusa de reales o imaginarios agravios cometidos por otros tiñeron de sangre su paso por la historia. Mandela tenía tantos ejemplos de la vía rápida que pudo haberlos seguido, y aun siendo de avanzada edad para el momento de su elección, pudo convertirse en un tirano más de tantos que han existido.
Hay que recordar que Mandela llegó a ser un creyente de la solución violenta al crimen del apartheid, y creó un grupo dentro del Congreso Nacional Africano que se dedicó a generar acciones violentas en contra del régimen racista. En el momento de caer preso estaba plenamente comprometido con la lucha armada en contra del opresor, y así lo siguió estando durante sus primeros años de cautiverio,
Las prisiones donde los blancos encerraban a los "keffirs" (cafres en afrikaner), no eran precisamente hoteles de cinco estrellas. Los calabozos eran pequeños, individuales para mantener a los presos aislados y sin cama, solamente con una manta que fungía como tal y un tobo donde el preso hacía sus necesidades. Durante el día, los prisioneros trabajaban en una cantera sin ningún tipo de protección, cosa que les dañó los pulmones a muchos de ellos, y de hecho, el problema pulmonar fue el que llevó a Madiba a la tumba.
27 años preso bajo tales condiciones no fueron ninguna tontería, y mucho menos todas las humillaciones y vejaciones que tuvo que soportar por parte de los carceleros durante bastantes de esos años. Mandela no fue el único líder de los sudafricanos nativos que fue sometido por el régimen blanco, hubo otros muchos, como Steve Biko, asesinado por la policía política del apartheid; sin hablar de los niños mártires de Soweto en 1961 y 1976, y muchos otros que murieron en las guerras artificiales estimuladas por el propio régimen entre los Zulúes y los Xhosas, especialmente después de la liberación de Mandela, simplemente para demostrar que si los negros llegaban a detentar el poder, Sudáfrica se convertiría en algo peor que los demás países de ese continente.
En 1983 se cumplieron 200 años del nacimiento de Simón Bolívar, El Libertador; y por tal razón se prepararon festividades y variados eventos para celebrar el bicentenario del natalicio del grande hombre. Uno de tales eventos fue la entrega del Premio Simón Bolívar en su única convocatoria a ser dado a alguien con prestigio que hubiese luchado por la democracia, sin importar las consecuencias derivadas de tal lucha.
Allí fue la primera vez que conocí de la existencia de Madiba, ya que los receptores de ese primer y único premio fueron el Rey Juan Carlos I de España y Nelson Mandela. Para ese entonces Mandela era prácticamente desconocido en Venezuela, y no existían fotografías recientes del personaje, debido a la prohibición por parte del régimen de tomarle fotos a los prisioneros. El encargado de recibir el premio fue Oliver Tambo, secretario general del CNA para los momentos.
Al escuchar el discurso de agradecimiento de Tambo a nombre de su amigo preso, me di cuenta que hablaba de un hombre poco común, y que había que investigar un poco acerca de ese hombre. En aquellos tiempos, cuando todavía no existía Internet la cosa no era tan fácil, había que buscar a través de bibliotecas y hemerotecas para lograr encontrar algo de información acerca del personaje. Así lo hice y quedé, por decirlo de alguna forma, hechizado por ese hombre. Lo duro de su lucha, su presidio, su voluntad indoblegable por lograr la libertad de su pueblo hablaban de un hombre extraordinario.
Para el momento de su liberación, en 1990, ya contaba con 72 años de edad, de los que los últimos 27 los había vivido en cautiverio, precisamente los años más productivos en la vida de un político. Lo interesante es que dentro de la cárcel abandonó las ideas de la lucha armada y se enfocó en lograr una transición pacífica a la democracia, sin renunciar en ningún momento a sus ideales, y así logró iniciar, ya para mediados de la década de 1980, conversaciones con el régimen blanco acerca de una transición de Sudáfrica hacia la democracia plena. Fue trasladado a una prisión ad hoc para el solo y sus carceleros se convirtieron en sus amigos, a pesar de ser hombres blancos afrikaners de pura cepa.
Ya lo que ocurrió después de su liberación es historia. Su Premio Nobel de la Paz, compartido con Frederick De Klerk, ultimo presidente del régimen del apartheid, su ascenso a la presidencia, nombrando vicepresidente al mismo De Klerk, el Mundial de rugby de 1995, magistralmente llevado al cine por Clint Eastwood en la película "Invictus", y su elevación como santo viviente por parte de la humanidad entera.
Como hombre, cometió errores y tuvo defectos, pero supo estar por encima de todos ellos para lograr mantener a su país unido y convertirse en un ejemplo para la humanidad entera. Igualmente se puede hablar de amigos impresentables cono Fidel Castro y sus relaciones con el Partido Comunista Sudafricano, pero cuando vemos esto a través del cristal de la guerra fría y la necesidad que tenía Mandela de recabar apoyos a nivel internacional, se comprende su táctica de unirse a los comunistas en busca de una mayor base política, aun no siendo Mandela mismo comunista.
Estoy seguro que si un cielo existe, Mandela estará allí, y no solamente es el hecho que esté, sino que su lugar es uno de los más privilegiados en tal sitio, de eso estoy seguro.
Hasta luego Madiba, y que Dios te bendiga y te tenga en su gloria.

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