lunes, 17 de septiembre de 2018

La invasión (1)

Venezuela se deteriora mas y mas cada día, ya ni siquiera extrae petróleo como para ser un país exportador de ese mineral, conforme pasan los días la extracción decrece y decrece de forma indetenible gracias a la ineptitud de su directiva y a la incapacidad de su personal. PDVSA, la otrora segunda empresa petrolera mas rentable del mundo ahora está quebrada, y muy posiblemente, dañada mas allá de cualquier intento de ser reparada.

La revolución bolivariana logró retrotraer al país a los tiempos del Libertador, donde un simple resfrío podía mandar a alguien a la tumba, y donde una pequeña cortadura en un brazo o una pierna puede significar la amputación del miembro para salvarle la vida al paciente; un país donde han regresado enfermedades que han sido superadas en el mundo civilizado, como la pelagra y kwashiorkor que afectan a muchos niños debido a la desnutrición campante en un país grande y pleno de tierras fértiles.

Un país gobernado por una banda de criminales que están dispuestos a cualquier cosa para no dejar el poder y donde sus habitantes huyen despavoridos a los países vecinos para hacer el intento de tener algo que al menos sea un remedo de una vida normal; un país en el que no se vive sino que se sobrevive y en el que una vida humana vale menos que dos bollos de pan.

Ante una situación así, donde el deterioro de un país que no hace mucho era considerado uno de los lugares del planeta en el que las oportunidades florecían para cualquiera con ánimo y disposición para trabajar y que ahora parece una tierra arrasada y en medio de una espantosa hiperinflación en la que el dinero vale menos que el papel donde se imprime ¿qué se puede hacer?

Podrían hacerse muchas cosas, pero para agravar todavía mas los males, no existe liderazgo opositor alguno; las calles están repletas de gente que protesta todos los días por la carencia de recursos, servicios públicos tan básicos como el agua corriente y la luz eléctrica y el altísimo costo de la vida, la escasez de alimentos, medicinas y tantas otras cosas, pero no existe nadie que le dé una dirección política a tales protestas. Se puede decir, y es algo muy cierto, que la represión del tirano ha logrado quebrar cualquier disidencia que pretenda organizarse, a pesar de la victoria de las corrientes opositoras en diciembre de 2015 cuando lograron controlar el parlamento.

Luego de tan espectacular victoria los líderes de la MUD, inexplicablemente, desperdiciaron su capital político en una serie de pasos en falso y movidas políticas incomprensibles y así la Asamblea Nacional se convirtió en un ente irrelevante en el contexto nacional; luego una cierta cantidad de dirigentes fueron empujados al exilio y parlamentarios han sido hechos presos de forma ilegal completándose el proceso de desarticulación de todo liderazgo opositor.

El objetivo del tirano no es destruir por completo la oposición a su régimen, es lograr tener una que le permita hacer lo que el desee mientras parece que existe algo a lo que se puso el nombre de autocracia competitiva; bajo esta figura se logra mostrar algún tipo de semblanza de fuerzas opositoras pero al mismo tiempo se les impide organizarse y así poder generar protestas con dirección política que puedan ocasionar sobresaltos al tirano. Tal situación se pudo observar durante el año 2017, cuando el régimen desgastó las protestas masivas de la población durante varios meses a través de asesinatos selectivos y aislando a los líderes políticos de la población, con la entusiasta y mal disimulada ayuda de algunos de ellos que se dejaron seducir por una ronda de conversaciones con uno de los personajes más nefastos de la tiranía como lo es el siquiatra loco, el Hannibal Lecter de la revolución bolivariana, jorge rodríguez.

De tales conversaciones, que finalizaron en febrero en la República Dominicana no salió acurdo alguno, que al final no resultaba ser el objetivo final del régimen; su objetivo era mantener ocupada a una parte de la MUD en negociaciones eternas y al mismo tiempo explotar la desconfianza en la base rocosa del antichavismo, para que así se generase una implosión que destruyese al movimiento unitario desde dentro y como resultado se produciría el símil de los cangrejos dentro de un recipiente.

Los pescadores de cangrejos buscan atrapar mas de uno porque así al meterlos en un recipiente, sin importar la cantidad de cangrejos y el tamaño del recipiente, ellos no se van a salir, porque cuando uno de ellos busca subir al borde alguno de los otros lo hala hacia abajo; de esa forma el o los pescadores pueden seguir en su oficio sin preocuparse por lo que pase con los animales, porque ninguno de ellos va a escapar. Eso es lo que logró el tirano con las conversaciones de República Dominicana y como resultado, al desintegrarse la MUD no quedó una representación fuerte de la oposición venezolana y dividida en un montón de pedazos en el país y con los líderes exiliados incapaces de ponerse de acuerdo, pues no hay nada con lo que organizar a la población en contra de la tiranía.

Ante la ausencia de alternativas internas para derrocar la dictadura en el futuro visible, ya que los militares al manejar todo el entramado de corrupción y el aparato represivo para nada están interesados en terminar con un régimen que les genera pingües ganancias, alguna gente dentro del espectro opositor, especialmente personas con cierta relevancia en las redes sociales y aun algunos líderes de partidos pertenecientes a la extinta MUD y otras personas con muy buenas intenciones y reales deseos de sacar al país de esta pesadilla pero sin medios prácticos para lograr nada han encontrado su Santo Grial: Una intervención militar extranjera liderada por el Ejército de los Estados Unidos de América y con participación de otros países de América Latina, especialmente Colombia.

Desgraciadamente, eso es posible, pero poco probable. En los próximos posts profundizaré en la materia.